jueves, 2 de diciembre de 2010

Él hará que brote un día del tronco seco una flor.

En este tiempo de espera, de preparar nuestro corazón para recibir a Jesús, Rosita Castillo, miembro de nuestra comunidad,  nos presenta un texto de esperanza de un autor anónimo, en el que nos enseña que Dios hará brotar lo más hermoso de un tronco seco, por lo tanto no debemos perder la esperanza en Dios.

De un leño seco hizo leña,
como siempre, un leñador.
¡Sólo era un tronco inservible,
perdido en aquel rincón…!
No importaba si fue el viento
el que un día lo arrancó,
si se desgajó de un árbol,
si el torrente lo arrastró.
Era un pobre tronco seco
que en el fuego terminó.

Junto al camino, otro leño
se tropezó el sembrador.
Parece estar seco
pero el buen hombre pensó:
“quizás la savia escondida
corra aún por su corazón;
tal vez haya una semilla
germinando en su interior”
Y empezó a regar la tierra,
y en lo imposible esperó,
hasta que un día una planta
del tronco seco brotó.

Cuando pases por las calles
no vayas de leñador.
Ten la mirada profunda
y el paso del sembrador
que toma el pulso a la vida
y alienta con tesón,
que en las noches del
invierno
no duda que saldrá el sol,
que cree que algo renace
si algo muere por amor,
que siempre espera en
lo bueno que hay en
cada corazón.

No es fácil ir por el mundo
haciendo de sembrador.
Está la tierra en sequía
y es muy dura la labor…
pero Dios sigue apostando
por la vida que creó
y Él hará que brote un día
del tronco seco una flor.


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